Sploro

Bootstrapping con financiación pública ¿es posible? Spoiler: No.

Este artículo lo hacemos tras las numerosas consultas que nos han lanzado varias startups tras nuestro paso por South Summit, en donde tuvimos ocasión de conocer muchas empresas que estaban recién constituidas y que son un mar de dudas.

Para los que no estéis puestos en la materia, el bootstrapping es lo que en España hemos conocido siempre como financiarse “a pulmón”, sin inversores, ni “angels” (ni demonios). La  empresa crece por lo que genera.

Este es el llamado crecimiento orgánico, pues no hay combustible externo que haga que la magia fluya más rápido. Y decimos más rápido, que no mejor, porque por todos es sabido que los fondos de capital riesgo basan gran parte de su éxito multiplicativo en que unos pocos con mucho éxito pagan la fiesta de todos los demás, con menos o ningún éxito.

Desde Sploro tenemos claro que financiarse anticipadamente es muy necesario para aquellas empresas que tienen que crear antes de vender. Las empresas de producto, y especialmente en el sector tecnológico, necesitan caja si quieren crear su tecnología.

La generación de caja es tan sencilla como esto: o te pagan tus clientes por tu producto o servicio, o te buscas inversores que te financien hasta que generes dinero gracias a tu producto o servicio. No hay mucho más.

En el emprendimiento tecnológico los plazos requieren inversiones iniciales al inicio que permitan construir la tecnología (ej. el e-commerce, el motor de recomendación, la máquina de ventas o lo que corresponda), bien porque subcontratas a terceros para que lo hagan, bien porque la construyes con gente a sueldo. Si el equipo emprendedor puede estar viviendo sin ingresos una temporada y construir producto seguramente habrá un ahorro considerable durante los primeros meses que revierta en la propia empresa.

Hablando de inversión, nos encontramos con los inversores privados, por un lado, y los públicos por otro. Los privados pueden ser desde los 3F (friends, fools and family) hasta profesionales del sector. En el mundo público hablamos también de varios tipos de inversores. Tradicionalmente, tenemos entidades que apoyan con financiación a fondo perdido, las subvenciones, pero también existen ahorros fiscales (pagar menos impuestos) o reducciones en las cuotas a la Seguridad Social (bonificaciones). En España, en el mundo de la I+D tienen gran arraigo los créditos blandos (con tasas de interés bajas y con carencias) que aportan entidades como el CDTI (Centro Desarrollo Tecnológico Industrial) o los préstamos ENISA.

El caso es que, para recién iniciados en la materia, las ayudas son un lío. Y no nos extraña, marcos regulatorios, papeleos, burocracia y una incertidumbre muy grande sobre el momento en el que vamos a lograr que “nos paguen”.

Por eso, entre otras muchas cosas, existe Sploro, porque en nuestra visión de hacer entendible la innovación para cualquier tipo de organización, también entran, cómo no, las startups tecnológicas.

¿Cómo funciona la financiación pública?

Antes de constituir la empresa las únicas ayudas que vas a poder conseguir son las que tu administración local o regional tenga destinadas para proyectos de emprendimiento o autoempleo. Primera norma, que vemos siempre que no se entiende. La ayuda es un dinero que viaja de un NIF a otro. Si tu empresa no tiene NIF, el dinero simplemente no puede moverse. Siendo prácticos, la empresa aún no existe.

Revisa antes de constituir las ayudas que tienes como autónomo o emprendedor en tu ayuntamiento, provincia y comunidad autónoma. Cada lugar de España es diferente. Gente como Fandit, ha puesto herramientas para buscar este tipo de ayudas sin morir en el intento. Muy recomendable. Constituida la empresa y con el NIF obtenido ese dinero de la ayuda ya podría viajar ¿verdad? Teóricamente sí, pero te damos la segunda pista. Las ayudas, como su propio nombre indica, son eso, una ayuda. Para recibir el dinero, por norma general, necesitas haber hecho el gasto antes. El gobierno regional, el ministerio o la agencia de innovación no son un inversor privado. Trabajan sobre lo que la ley permite. Y la Ley, salvo excepciones, no permite regar fondos sin justificación, así que primero te piden que lo inviertas y luego, si lo justificas bien, te reintegran parte de lo que has invertido

Antes de constituir la empresa las únicas ayudas que vas a poder conseguir son las que tu administración local o regional tenga destinadas para proyectos de emprendimiento o autoempleo. Primera norma, que vemos siempre que no se entiende. La ayuda es un dinero que viaja de un NIF a otro. Si tu empresa no tiene NIF, el dinero simplemente no puede moverse. Siendo prácticos, la empresa aún no existe.

Dos conclusiones sobre ayudas públicas: Las ayudas no adelantan caja y para recibirlas hay que invertir primero. #innovacion

Seguro que nadie te lo había contado así de claro, pero es que es lo que hay. Cualquier otra promesa, duda y pregunta. En Sploro, nos gusta pensar que las ayudas tienen algo de karma, pese al ruido mediático muchas veces, si generas empleo y apoyas al crecimiento de la sociedad, la administración te ayuda.

Tercer consejo. Mucha paciencia. Si te han dicho que “las ayudas se resuelven en solo unos meses”, quiere decir que vas a tardar en ver el dinero como poco, un año más. Los pasos son en este orden habitualmente.

En muchas ocasiones el segundo y el tercer paso son intercambiables. Aunque para el emprendedor es imprescindible si se contará con la ayuda de la administración para saber si acometer determinadas inversiones, para la administración no.

Resumen sobre cómo funciona la financiación pública

No confíes tu estrategia de financiación en el dinero público. Es un complemento fantástico una vez que llevas un tiempo rodando pero no la manera de arrancar. #Innovación

 

En los siguientes posts explicaremos por dónde empezar, así que seguid atentos